Grisacea.
Grisácea quería ser gris,
y cuanto mas se lo proponía mas le afloraba el color.
Disgustada se dolía de su fatal pretensión,
ansiaba pasar desapercibida y colorida amanecía.
Acabando Marzo una mañana la primavera llegó
y al despertar de su letargo ¿qué creéis que ocurrió?
Grisácea nunca mas quiso ser gris y feliz vivió,
porque un millar de flores de color
lucían vigorosas a su alrededor.
Minicuento de Cristina Labad.