8 de febrero de 2011

mi querida amiga invisible

Mi querida amiga invisible. 

Al entrar en aquel Anticuario, un joyero con forma de pato zancudo en bronce del periodo Prehelénico, llamó mi atención. Me acerqué y al abrirlo pude observar que el joyero escondía un minúsculo trocito de papiro perfectamente doblado, el cual a su vez escondía un nombre y una personalidad. La suerte quiso que desde aquel mismo instante, aquella personalidad se convirtiera en mi querida amiga invisible. Curiosamente, se llamaba Cristina.                                   Minirelato de Cristina Labad.